“-¡Virtud y patria!- repitió Voltaire con una
mueca de escepticismo-. La virtud, os lo acepto; es necesaria, aunque discutible,
puesto que a menudo somos benévolos por vanidad. Y desgraciadamente una
república no está en absoluto fundada en la virtud, sino en la ambición de cada
ciudadano que contiene la ambición de los demás. Y, por lo demás, ¿ser patriota
significa ser virtuoso? ¡A menudo, para ser un buen patriota nos convertimos en
el enemigo del resto de hombres!”
Un café con Voltaire - Louis Bériot
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