“De vez en cuando aparecía por casa un viejecillo
desaliñado, mal vestido, menudo, canoso, desmañado y torpe; en una palabra, un
auténtico estrafalario. Daba la impresión, a primera vista, de sentirse
cohibido: se diría que no sabía dónde meterse. Su apocamiento se reflejaba en
sus continuos aspavientos; eran tales sus gestos y visajes que cualquiera
habría afirmado, sin temor a equivocarse, que aquel sujeto no estaba en sus
cabales”
Pobre gente - Fiódor M. Dostoievski
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada