24/6/24

 “Éramos setenta y siete hombres en la pista y una jauría de doce uniformados provistos de revólver nos rodeaba lanzando ladridos. Algunos debían de llevar veinte años o más realizando aquel servicio vociferante, ya que sus bocas habían adquirido, al cabo de los años y con miles de pacientes, más bien aspecto de hocicos. Pero esa adaptación al reino animal no les había restado nada de su presunción. Cada uno de ellos podía haber sido utilizado, tal como era, a modo de estatua con la inscripción: L'État c'est moi

Obras completas – Wolfgang Borchert

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada