“Dickens amontona peligro sobre peligro, pero
nadie los teme. En Dostoievski a veces se abren de repente abismos, el lector
jadea falto de aliento cuando siente en su propio pecho cómo se resquebraja esa
oscuridad y se abre ese abismo sin nombre; nota que el suelo desaparece bajo
sus pies, siente un repentino vértigo, un vértigo abrasador, pero dulce,
quisiera arrojarse abajo, pero a la vez tiembla ante este pensamiento en que el
placer y el dolor su funden a una temperatura tan alta que es imposible separarlos”
Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski) - Stefan Zweig
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada