11/9/18

“el propio Balzac fue uno de los grandes monomaníacos, como los que inmortalizó en su obra. Desengañado, rechazado en todos sus sueños por un mundo despiadado al que no gustaban los principiantes ni los pobres, se refugió en su silencio y se creó para sí mismo un símbolo del mundo. Un mundo que era suyo, que él gobernaba y que sucumbía con él. La realidad pasaba de largo ante sus ojos y él no intentaba asirla”
Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski) - Stefan Zweig

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