29/9/21

 “Mientras el mar de la historia está en calma, es comprensible que el gobernante, estando en su frágil barquita, crea que él hace avanzar la nave del pueblo en que apoya la pértiga. Pero, en cuanto se levanta una tormenta y las olas del mar impulsan la nave, el equívoco es imposible. La nave avanza por sí sola y, con su inmenso movimiento, la pértiga no la alcanza; de repende, el gobernante que ocupaba una posición de poder, que era una fuente de fuerza, se convierte en una persona débil, inútil e insignificante”

Guerra y paz – Lev N. Tolstói

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