“el silencio pesaba y yo lo percibía con un sentido diferente del auditivo, quizá emocional, quizá reflejo y racional a la vez. Lo que "hace" el silencio y su contrario es, en último término, la presencia humana, agradable o desagradable; y su falta. Nada la sustituye, de ahí su efecto.
Y el silencio de la ausencia humana es, me daba cuenta, un silencio que no fluye. Se acumula”

 Dissipatio humani generis – Guido Morselli