“Suponiendo que Rollo muriese, mi vida de cara a
la galería no se alteraría en la más mínimo. ¿Dónde, cómo rendirme a las
lágrimas?... ¿Cuántas mujeres en Inglaterra se verán en esa situación…? Mujeres
cuyos amantes han fallecido en un accidente de tráfico, o están moribundos en
una cama de hospital, sin que ellas puedan hacer nada, sin que nadie pueda
enterarse. Deben ir a trabajar, cortarles el filete de la cena a los niños,
seleccionar la ropa para la primavera, ir al cine con sus maridos... No me
sacaba de la cabeza que algo espantoso le ocurriría a Rollo, y que entonces
quedaría fuera de mi alcance al otro lado de la barricada oficial de fieles
amigos y familiares... Porque yo lo amaba, estaba amenazado... por la vida...
por mí... no sé...”
A la intemperie. Rosamond Lehmann
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada