Obras
completas – Wolfgang
Borchert
2/7/24
Obras completas - Wolfgang Borchert
1/7/24
“Por supuesto que no teníamos un espejo. Con espejos se podía uno cortar las venas de las muñeca. No nos los permitían. No nos merecíamos una cándida y secreta muerte por corte de venas. A cambio había un pedazo de hojalata reluciente fijado con clavos a nuestro armario. En caso de apuro se podía uno mirar allí. Sin reconocerse. Sólo verse lo justo. Y estaba muy bien que uno no se pudiera reconocer. Uno no se hubiese reconocido de ninguna manera”
Obras
completas – Wolfgang
Borchert
30/6/24
“Y nadie, nadie puede reconocernos, a nosotros ancianos de veinte años. Hasta tal punto nos han destrozado los estruendos. ¿Alguien nos conoce? ¿Dónde están los que todavía nos conocen? ¿Dónde están? Los padres se esconden en lo hondo de sus caras y las madres, las madres asesinadas siete mil quinientas ochenta y cuatro veces, se ahogan en su impotencia ante el suplicio de nuestros corazones alienados”
Obras
completas – Wolfgang
Borchert
29/6/24
28/6/24
“Hay demasiados muertos en el aire. No tienen sitio. Entonces se ponen a hablar por las noches y buscan un corazón. Por eso no hay quien duerma, porque los muertos, por la noche, no duermen. Son demasiados. Sobre todo por las noches. Por las noches hablan, cuando reina el silencio. Por las noches están ahí, cuando todo lo demás ya se ha marchado. Por las noches es cuando tienen voz. Por eso se duerme tan mal”
Obras
completas – Wolfgang
Borchert
27/6/24
26/6/24
“Quizá todo sería distinto si quien va delante se volviera a mirar a quien va detrás a fin de llegar a un entendimiento con él. Sin embargo, a cada hombre posterior le ocurre que sólo ve a su anterior y lo odia. En cambio, niega a su propio hombre posterior. Entonces se siente anterior. Así es en nuestro círculo, detrás de los muros grises. Pero así parece ser en otras partes, acaso en todas”
Obras
completas – Wolfgang
Borchert
25/6/24
24/6/24
“Éramos setenta y siete hombres en la pista y una jauría de doce uniformados provistos de revólver nos rodeaba lanzando ladridos. Algunos debían de llevar veinte años o más realizando aquel servicio vociferante, ya que sus bocas habían adquirido, al cabo de los años y con miles de pacientes, más bien aspecto de hocicos. Pero esa adaptación al reino animal no les había restado nada de su presunción. Cada uno de ellos podía haber sido utilizado, tal como era, a modo de estatua con la inscripción: L'État c'est moi”
Obras
completas – Wolfgang
Borchert
23/6/24
“La puerta se cerró detrás de mí. Ocurre con frecuencia que una puerta se cierre detrás de uno. Cabe asimismo imaginar que la cierren con llave. Las puertas de casas, por ejemplo, suelen cerrarse con llave y entonces uno se queda dentro o fuera. También las puertas de las casas tienen algo de definitivo, de clausurado, de expulsor”
Obras
completas – Wolfgang
Borchert